Doi: https://doi.org/10.17398/2340-4256.15.15
PRESENTACIÓN:
PENSAMIENTO ECONÓMICO DE LA ESCUELA DE SALAMANCA. ANTECEDENTES Y RECEPCIÓN
PRESENTATION: ECONOMIC THOUGHT OF THE SCHOOL
OF SALAMANCA. BACKGROUND AND RECEPTION
Virginia
Aspe
Universidad Panamericana,
México
Mauricio Lecón
Universidad Panamericana,
México
El presente volumen de la revista Cauriensia está dedicado al pensamiento económico de la Escuela de
Salamanca. En él reunimos once investigaciones, a cargo de catorce autores en
total –diez hombres y cuatro mujeres– de distintas nacionalidades y
pertenecientes a diversas universidades públicas y privadas. Desde principios
del siglo pasado, los estudios especializados sobre el pensamiento económico de
los autores salmantinos han aumentado exponencialmente. Hasta el punto en que,
actualmente, no sólo gozamos de un vasto acervo bibliográfico sobre la materia,
sino de trabajos altamente sofisticados que han contribuido a la recuperación,
evaluación y análisis críticos de sus principales ideas. Aunque el estado de la
cuestión es favorable, dista mucho de ser definitivo o, siquiera, comparable
con los avances alcanzados en otras áreas de la filosofía y la economía.
Estamos convencidos de que, en lo individual y en lo
colectivo, este monográfico es una valiosa aportación a esa tarea pendiente;
entre otras razones, porque tiene tres grandes cualidades. En primer lugar, el
volumen atiende a las influencias, el desarrollo y la recepción de algunas
ideas o problemas discutidos por los autores de la Escuela. La visión panorámica
y ordenada que colectivamente construyen estos trabajos no sólo permite situar
a los autores salmantinos en la tradición filosófica y económica, sino que
también captura el dinamismo contextual de la Escuela; es decir, revisa los
antecedentes y recepción de las ideas económicas posibilitando así lecturas o
interpretaciones más robustas sobre sus integrantes. En segundo lugar, el
volumen se compone de once aproximaciones originales a problemas típicos sobre
las ideas económicas salmantinas. Dicha originalidad resulta de las diferentes
áreas de especialización desde las
cuales proceden los autores: algunos expertos en filosofía antigua, otros en
filosofía medieval, renacentista o, incluso moderna. Esta diversidad dota al
número de una frescura que se ve reflejada en los temas, ángulos y métodos para
abordar problemas típicos en estos autores. Por último, destacamos que el
volumen supera algunos vicios en los que ha incurrido la literatura
especializada; a saber, el tono apologético y la regionalización de los
estudios. Ante la prolongada omisión y desconocimiento de la Escuela de
Salamanca en la historia la filosofía y de la economía,[1] los primeros estudiosos
emprendieron la reconstrucción de ideas y decididamente adoptaron un tono Reivindicatorio
con los distintos autores. Con el paso del tiempo, estos esfuerzos maduraron
dando lugar a trabajos que abandonaron el abordaje expositivo de decir quién es
el autor, describir su producción, contexto y las generalidades de su
pensamiento para, en cambio, realizar análisis moderados y sofisticados con
herramientas filológicas, históricas y documentales. En sintonía con esta
evolución, varios trabajos del presente número asumen una posición crítica
hacia los autores salmantinos y hacia sus ideas; lo cual ayuda a ponderar mejor
sus aportaciones y reparar en sus limitaciones o defectos. Adicionalmente, la
alta participación de académicos latinoamericanos confirma a la Escuela de
Salamanca como un objeto de interés general para la academia y no sólo para
hispanistas o libertarios –quienes rehabilitaron el pensamiento económico
salmantino por su aparente simpatía con la Escuela Austríaca–.[2] Puede
decirse, entonces, que estamos ante planteamientos más aporéticos
cuyo valor está en las preguntas que despiertan y en la interpretación
contextual que hacen de las fuentes salmantinas. Así las cosas, el volumen goza
de una unidad orgánica en la que una diversidad de enfoques e inquietudes
convergen en una narrativa histórica y temática.
Nuestro volumen comienza con un par de trabajos que
revisan dos antecedentes fundamentales de los autores salmantinos: Tomás de
Aquino y Duns Escoto. El Aquinate fue una fuente expresamente asumida por la
gran mayoría de los teólogos de Salamanca; por el contrario, Escoto solía ser
referido con cierto antagonismo. Héctor Zagal inaugura el volumen con su
análisis del tema de la usura en Tomás de Aquino. Articula su texto a partir de
la revisión crítica del mismo concepto. Con base en el De malo, el Comentario a la
Política y, particularmente, en la q.
78, de la II-IIa de la Suma teológica de
Tomás, Zagal repara en la ontología
del dinero y en su carácter potencial. Dicha condición del dinero implica,
entre otras cosas, que no tiene un valor en sí mismo, sino sólo aquél que le es
dado por el trabajo de los agentes. La naturaleza del dinero supone que éste es
un mero instrumento para facilitar ciertas transacciones comerciales. Así las
cosas, Zagal pone de relieve que el aristotelismo de Tomás se asoma en su
condena contra el cobro de interés en los préstamos monetarios por su carencia
de un término medio, lo que hace de dicha práctica una acción intrínsecamente
mala.
Por su parte, Mauricio Lecón pasa revista a las
críticas que algunos profesores de Salamanca dirigieron contra Duns Escoto. Los teólogos salmantinos reconocieron que las
dos únicas fuentes para la determinación del precio de un bien son la autoridad
y la estimación común. Domingo de Soto, Luis de Molina y Juan de Lugo criticaron
al Doctor Sutil por haber afirmado que el justo precio, además, debía computar
el riesgo y el trabajo del vendedor. Lecón argumenta que la crítica es
improcedente porque es una interpretación parcial y simplista de las fuentes
escotistas. Dicha improcedencia se extiende a las opiniones de estudiosos
contemporáneos, quienes describen a Escoto como un defensor de una teoría
objetivista del valor apoyándose en las fuentes salmantinas. Lecón logra
mostrar que la opinión de Escoto acerca del precio justo es más cercana a las
tesis de los autores salmantinos de lo que ellos mismos y los especialistas
reconocen. Lo cual arroja un halo de originalidad sobre Escoto o, bien, añade una
nota más tradicional a las ideas de la Escuela.
Los trabajos sucesivos del volumen están dedicados a
discusiones concentradas en los autores salmantinos. El trabajo “Pobreza,
trabajo y comunidad en Vasco de Quiroga”, de las
autoras Cecilia Sabido y María Tedesco conecta el humanismo de Vasco con el
humanismo cívico de los catedráticos del siglo XV en la Universidad de
Salamanca. Para ello, Sabido y Tedesco escudriñan la noción de pobreza de
Quiroga a la luz de algunas ideas de la época, como el pensamiento de Luis
Vives. Esto con la intención de destacar la importancia que Vasco
de Quiroga da al trabajo y a la comunidad de bienes como mecanismos de
perfeccionamiento humano. Lo cual, las autoras sugieren, indudablemente influyó
en el pensamiento utópico de Tomás Moro.
A su vez, en su trabajo “Sobre avaricia y lujo de encomenderos
en el Octavo remedio de Bartolomé de
Las Casas”, Virginia Aspe discute el tema de la economía a la luz de la
avaricia, la codicia y el lujo en los encomenderos novohispanos del siglo XVI.
Aspe propone que el criterio lascasiano de aproximación al problema se da a la
luz de la ley natural de la I-IIae, q. 90-94 de la S.
Th., y que el dominico se ampara en
el pacto fundacional de las Leyes de Castilla para rechazar los usos excesivos
del dinero. La autora prueba que el discurso lascasiano
se hace más radical que el de la Escuela de Salamanca en la medida en que
conecta la práctica de la usura con pasajes del Antiguo Testamento, pasajes en los que la desposesión de grupos
vulnerables es considerada más perversa por la exclusión que implica de las necesidades
básicas de sus gentes. Con esta precisión la autora da cuenta de la conexión
entre Bartolomé de las Casas y los movimientos emancipatorios indigenistas del
siglo XX.
El texto “Derecho subjetivo, naturaleza y dominio en Francisco de Vitoria” de Luis
Cendejas desentraña las distintas tradiciones que influyeron en la noción de
dominio y derecho en Francisco de Vitoria. En estos tiempos en que hay una
sobrevaloración de la contribución árabe sobre el pensamiento de Tomás de
Aquino, Cendejas nos recuerda que fueron el derecho romano y el nominalismo las
tradiciones que permitieron que Vitoria formulase su noción subjetiva del
derecho, la cual, no conduce a un voluntarismo jurídico ni político por su
fuerte vinculación a la ley natural, fuente de dichos derechos. Cendejas
sostiene que también el estoicismo contribuyó a la teoría medieval vitoriana
del origen de las instituciones. Las dos contribuciones originales de esta
investigación son: señalar la impronta estoica en estas nociones, que
generalmente se olvida en el pensamiento medieval, y rescatar una noción
medieval de derecho subjetivo que libra los inconvenientes voluntaristas por su
raigambre tomista.
En su trabajo, “Riqueza y cultura económica en la España del siglo XVI. La
predicación de Tomás de Villanueva en tiempos de Francisco de Vitoria”, Clemente
López y José Ignacio Ruiz hacen eco de un motivo tratado anteriormente: la
avaricia. Su aproximación tiene el atractivo de que es hecha desde los sermones
de san Tomás de Villanueva. Los cuales, por su finalidad persuasiva y
correctiva, ayudan a retratar la mentalidad y cultura económica cotidiana de la
época. El análisis y exposición de los discursos revela las condenas de
Villanueva contra la codicia, usura y avidez desmedida en ricos y burgueses que
intentan ascender en la escala social. Sin embargo, el tratamiento crítico de
las fuentes ayuda a manifestar opiniones más teóricas acerca la naturaleza de
la riqueza, la especificidad de la moral económica, la finalidad de uso del
dinero y las consecuencias de su mal empleo. Así, Cendejas y Ruiz logran
dibujar la sensibilidad económica de un momento histórico desde las palabras
moralizantes de un autor, las cuales sirvieron para que la sociedad tomara
conciencia de las necesidades de los grupos menos protegidos fomentando
estrategias económicas de beneficencia.
En “Tomás de Mercado y la transfretación de bienes y
normas”, José Luis Egío analiza el soslayado tema del
probabilismo que la literatura salmantina había olvidado hasta que recientes
estudios monográficos retomaron el tema. Egío parte de la renovación que Tomás
de Mercado hizo del probabilismo en ocasión de la necesidad de aplicar nuevos
métodos para la teología moral de su época. Nos dice el autor que, pese a que
en Mercado estas tesis carecen aún de un planteamiento sistemático, la Suma de tratos y contratos incorpora el
planteamiento probabilista de cara a las incertidumbres creadas por los
descubrimientos de ultramar y la economía que se produjo. El autor parte del
probabilismo de Azpilicueta para argumentar que el Doctor Navarro aún se
mantenía en la vieja enseñanza medieval de optar siempre por la opción más
segura para la salvación; pero señala que en Tomás de Mercado ya existe una
metodología específica para discernir entre varias argumentaciones probables
que impregnan la literatura moral de las actividades económicas. Sostiene que
la Suma de tratos y contratos es una
de las primeras respuestas filosófico-morales en la que los bienes, las
prácticas y las normas son objeto de transfretación. Egío
argumenta que Tomás de Mercado es el primero para quien el probabilismo no es
aislado ni casual, sino que hace las veces de bóveda en el laberinto de las
acciones. Como el descubrimiento de América implicó una transformación en la
cultura social y económica, el texto sugiere que hay una innovación sin
precedentes en la práctica de tratos y contratos ya no como práctica
consuetudinaria. La aportación del texto es la consideración mercadiana del
probabilismo por la complejidad e incerteza de los nuevos temas mercantiles,
probando que éste no solo fue obra de Bartolomé de Medina como técnica para
dirimir problemas de conciencia. El texto prueba, una vez más, que las tesis de
Weber en torno al rechazo del catolicismo para transitar a la modernidad son
falaces.
Gabriela Caram aborda el pensamiento económico de
Martín Azpilicueta como uno de los fundadores de la economía científica en
“Martín de Azpilicueta: aportes económicos y su influencia en teorías económicas
posteriores”. La autora defiende que Azpilicueta supo integrar el desarrollo
económico analítico con el ético-normativo en ocasión del comercio y crédito de
su tiempo. Además, demuestra el impacto de sus teorías en desarrollos
ulteriores. El texto es una contribución original al abordar en enfoque
canonista y no sólo teológico y de derecho positivo en su Comentario resolutivo de cambios, donde acepta las ganancias sin
considerarlas usura siempre y cuando sean moderadas. El principio del que parte
Azpilicueta es el de la equivalencia en razón de lo
entregado y lo recibido para mantener la proporción debida entre las partes.
Caram da seguimiento al Manual de
confesores e penitentes de 1556, obra que se
considera la primera teoría cuantitativa del dinero. Una particularidad en la
autora es su lectura de los textos económicos de Azpilicueta a la luz del De Regimine principum, 14 de Tomás de Aquino, y no desde los
pasajes relativos a la usura en la Suma
teológica. Sostiene que la teoría cuantitativa del dinero de Azpilicueta en
el Comentario resolutivo de cambios es
la primera formulación del valor cuantitativo del dinero y considera al autor navarro
el antecedente del liberalismo económico moderno.
El resto de colaboraciones
del volumen atienden al impacto que las ideas económicas de los autores
salmantinos tuvieron. Uno de ellos se concentra en la figura de Francisco
Suárez y su aristotelismo. Otro desarrolla la manera en que las ideas de los
salmantinos forjaron la opinión de Leibniz acerca de la moralidad de los
seguros. El último artículo, en cambio, es un análisis cuantitativo que ayuda a
destilar algunas inferencias sobre la Escuela de Salamanca apoyándose en el trabajo
y compendio de uno de los mayores especialistas en el tema, José Barrientos. En
“Restitución y justicia correctiva en la tradición aristotélico-escolástica: la
contribución de Francisco Suárez (1548-1617)”, Sebastián Contreras distingue el
valor de la restitución de la teoría jurídica clásica frente a la restitución
de la teoría aristotélico-escolástica de justicia correctiva en la Escuela de
Salamanca. El autor considera que la primera atiende exclusivamente al aspecto
reparatorio de la injusticia, mientras que la tradición aristotélica de la
Escuela de Salamanca considera otros importantes fines en la valoración del
acto justo cara a la restitución. Contreras analiza esta contribución de fines
a la luz de la teoría suareciana de la justicia correctiva demostrando que
Suárez tiene una función instituyente y directiva de las conmutaciones que
excede el ámbito de la reparación. La investigación parte del vicio excesivo
por la riqueza –la usura–, causa de todos los males económicos que van contra
la justicia y yerran contra la equidad, virtud y proporción, cayendo en abusos.
El texto analiza el punto a la luz del significado griego de la plexonia, en una aproximación robusta
que avanza sobre el enfoque tradicional sobre Suárez, para probar que es desde
Aristóteles más que desde la tradición medieval que la ganancia acompañada del
bien común implica la completud recta del deseo. Concluye que, para Suárez,
basado en la noción aristotélica de synallágmata,
la reparación no agota el orden funcional de la justicia correctiva. Si la
restitución es un tipo de especie de pago de lo debido, cualquier restitución
supone que el orden de la justicia que existía con anterioridad se
reestablezca, y de acuerdo con esto, esferas como el honor y la integridad
deben también ser contempladas.
Por su parte, la sugerente entrega de Leonardo Ruiz
explora las raíces salmantinas de la opinión de Leibniz acerca de la moralidad
de los seguros. La propuesta leibniziana se reduce a convertir las
instituciones aseguradoras en instituciones públicas. De esta manera, ningún
particular lucra con el riesgo –evitando
así la usura– ni hace negocio con asuntos de la Providencia. El autor realiza
una cuidadosa exégesis para revelar las voces escolásticas que subyacen a la posición
de Leibniz. La falta de referencias o menciones a las fuentes medievales no son
un signo de lo contrario. Antes bien, es un fenómeno comprensible dado el tipo
de textos de Leibniz y del público al que iban dirigidos, pues al discutir los
seguros en documentos diplomáticos que pretendían persuadir a católicos y
protestantes por igual, era razonable no invocar autoridades de ninguna rama
religiosa. En cualquier caso, Leonardo Ruiz logra incorporar a Leibniz a la
tradición económica salmantina como un caso importante de recepción.
El último trabajo de este volumen, el de Germán Scalzo
y Antonio Moreno Almárcegui, es un auténtico corolario a los estudios previos.
Los autores avanzan en el revisionismo de fuentes que analizan la economía en
la Escuela de Salamanca. Los autores defienden que el repertorio de fuentes
presentadas por Barrientos (Repertorio de
moral económica (1526-1670). La Escuela de Salamanca y su proyección. EUNSA,
2011), es el intento de configurar un pensamiento sistemático y especializado
de los problemas económicos del siglo XVI. Con herramientas cuantitativas,
Scalzo y Moreno muestran la relevancia de los distintos autores sobre el tema y
su crecimiento en el siglo XVI y revisan su relación con las distintas
ediciones y órdenes. Como resultado, se muestra la presencia preponderante de
la Compañía de Jesús en la Escuela de Salamanca a partir de 1593 y se rastrea
el número de citas a Tomás de Aquino y a otras influencias para comprender bien
la evolución de la Escuela por referencias a las Sagradas Escrituras, la
patrística, el magisterio, el derecho romano y otras vías de interpretación,
como la vía franciscana, etc. Por último, el texto hace un análisis temático
mostrando la frecuencia de términos utilizados dando los 95 índices de obras
publicadas y los 57 conceptos usados en el mundo mercantil, probando con esto
el eco que tuvo la Escuela en Europa entre 1590 y 1640. Todo lo anterior ayuda
esclarecer el concepto de Escuela de Salamanca explicitando algunas tendencias,
influencias e intereses de sus miembros.
Agradecemos al editor en jefe de Cauriensia, Manuel Lázaro Pulido, la confianza que depositó en el
grupo de académicos e investigadores –todos miembros del Consejo Nacional de
Ciencia y Tecnología en México y equivalentes en otros países– que colaboran en
este volumen. Damos las gracias, también, a la Facultad de Filosofía de la
Universidad Panamericana por su apoyo, así como a Ana M. Landeta, Roberto
Molina y Esteban Soní por ayudar en la edición. Esperamos volver a colaborar en
el futuro con cada uno de Ustedes y continuar con este esfuerzo de
profundización en las aportaciones económicas de la Escuela de Salamanca.
Virginia Aspe
Facultad de Filosofía
Universidad Panamericana
Augusto Rodin 498, Insurgentes Mixcoac
03920 Ciudad de México (México)
https://orcid.org/0000-0002-0685-7721
Mauricio
Lecón
Facultad de Filosofía
Universidad Panamericana
Augusto Rodin 498, Insurgentes Mixcoac
03920 Ciudad de México (México)
https://orcid.org/0000-0002-9928-7739
[1] Véase
Weber, Max, La ética protestante y el
espíritu del capitalismo (Madrid: Akal, Istmo, 2013); Luigi Cossa, An Introduction to the Study of Political
Economy (London, 1893), 141.
[2] Véase: De Roover, Raymond, “Scholastic Economics: Survival and
Lasting Influence from the Sixteenth Century to Adam Smith”, Quarterly Journal of Economics 69 (mayo
1955): 161-190; Grice-Hutchinson, Marjorie, “The Salamanca School. Readings in
Spanish Monetary Theory 1544-1605” (Oxford: Oxford University Press, 1952);
Schumpeter, Joseph A., History of
Economic Analysis (London: Routledge, 1969).